12 marzo 2011

APRENDER A DESAPRENDER...


Aprender a desaprender…

Una de las cualidades que tengo claras desde que tengo uso de razón es que tengo una facilidad enorme para aprender de todo. Mi pasión por aprender supera cualquier límite conocido. Me he definido muchas veces como esponja. Pregunto, pregunto, pregunto… ahhh… y me siento tan llena cuando encuentro respuestas, que es imposible de describir.

Sin embargo, algo hay que no he conseguido aprender aun, y es aprender a desaprender, o más bien a distinguir lo que es útil de lo que es inútil, lo que me hace crecer de lo que me frena, aprender a pasar, a que me resbale absolutamente todo lo que no sea realmente importante.

Una psicóloga me dijo un día que la mejor manera de hacerlo es “actuando”. Que cuando algo me afecte, no lo enfrente, no lo discuta, no le haga ver a la otra persona que tiene ese poder sobre mí, el poder de derrumbarme con una palabra, o con días enteros de descalificaciones que no son verdad, decir “tienes razón, no sé como no he visto eso, menos mal que te tengo para recordármelo”… y que luego hiciera lo que yo sabía que tenía que hacer, o que recordara que no tenía razón y que yo lo sabía, que recordara todo lo bueno que tengo, que me lo repitiera, y que hiciera lo que a mí me parecía que quería hacer, que hiciera lo que me hacía sentir bien, y sobre todo, que lo repitiera constantemente, porque es un trabajo de años aprender a desaprender.

Lo hago, es algo que practico a diario, pero he de reconocer que aun me cuesta muchísimo alcanzar el estado de equilibrio suficiente como para que por momentos, aunque haya “actuado”, pueda decidirme a salir de ese estado de “¿Por qué me está diciendo o haciendo esto si no viene a cuento?”…. cada día me cuesta menos, pero llevo unos días en los que me está volviendo a costar encontrar ese equilibrio, decir una payasada y reirme por dentro y por fuera, ante tanto absurdo.

Supongo que es lo normal… y que pronto volveré a poner una sonrisa enorme en la cara, consiguiendo que todo, absolutamente TODO, me resbale, y así conseguir aprobar con notable esa materia pendiente de aprender a desaprender.

Es precioso recibir un ramo de rosas… a menos que venga cargado de espinas. Así que prefiero verlas de lejos, disfrutar de su aroma acercándome lo menos posible, y poniendo mil protecciones para que no pueda pincharme ni por accidente.

He conseguido poner de un lado la armadura…. Pero, por momentos, la miro, la observo, la toco, le saco brillo, la vuelvo a poner en su sitio y no me la pruebo por temor a no volver a quitármela después de todo lo que me ha costado sacarla de encima. Me niego a defenderme de palabras que no son dichas para mí, que son producto de ideas antiguas, de un pasado que nunca existió y que si existió no se puede cambiar, y que no son parte del presente que estoy construyendo.

Me niego a aceptar que se me subestime por ser yo misma. Hacerse la tonta es una cosa y serlo es otra. Si algo he aprendido en toda la vida es que las verdades son relativas, y si tengo que “actuar” para conseguir un poco de tranquilidad, actuaré por momentos, y seré yo misma el resto del tiempo, conmigo, con quien me acepte como soy…. Y no, no tengo miedo de quedarme sola, ni de mi carácter, ni de alejarme de quien pueda alejarme porque no me apetece “actuar” con esa persona. Y si, sigo pensando que ya estoy en el camino. Lamento no ser como los demás quieren que sea (lo siento mucho).

Me alegro de tener un espacio, este espacio, para desahogarme… aunque sea a mi manera.

Mañana, pasado mañana, o la semana que viene estaré mejor, estaré como siempre, aprendiendo lo que la vida con sus cambios constantes me quiera enseñar y fluir con ella… mientras tanto me disfrazo, con una sonrisa prestada, aprovechando que estamos en la octavita de carnaval.

Porque como escuché un día: Todo lo que sucede, conviene. Y siempre hay algo que aprender de todo.

Feliz fin de semana

Mi sentimiento también está con las víctimas de la Guerra en Libia

y con las víctimas del terremoto de Japón.

No todo me pasa de largo... tristemente no son días buenos para más personas.

Besos, mimos y caricias

Tumejoramig@