24 octubre 2007

ABRAZO ENERGIZANTE!



No sabía aun cuanto, en realidad, necesitaba de su abrazo hasta que le ví caminar hacia mí desde lo alto de la calle. Guapísimo, más que nunca, lleno de energía, aunque el trajín de estos días que se suponían de vacaciones, y todo lo que aun le quedaba por hacer antes de marcharse de nuevo, acusaban un ligero cansancio.
Cuando supe que venía a Galicia me emocioné muchísimo, desde el mes de julio no le veía y no quería dejar pasar esta oportunidad. Sin embargo todo parecía jugar en contra de verlo y de poder compartir un café y un abrazo. De hecho incluso llegué a pensar que no podría verlo pues, para la hora que habíamos quedado de vernos ayer, me habían señalado un juicio. La suerte a favor, o Dios que me sigue teniendo consentida, hizo que al llegar al Juzgado me notificaran que se había cambiado la fecha para la semana que viene. Lo llamé de inmediato, y emprendí rumbo a su encuentro.
Sólo compartiríamos poco menos de una hora, pero para mí se ha hecho tan importante, que quizás hasta 15 minutos de su presencia conseguirían el mismo efecto energizante y vitalista.
Cuando llegó hasta mí me dió el abrazo más largo y bonito que se pueda recibir. No importa el lugar, ni lo que haya alrededor, estar rodeada de sus brazos, con el cariño enorme que entrega, me hace rendirme a ese momento. Hay un sitio en su pecho donde mi cara descansa de forma perfecta, y me sumerjo en esa sensación de bienestar que no me abandona nunca más.
Tomamos un café, dos, hablamos un ratito y lo llevé a recoger su coche, donde me dió el segundo abrazo, aun más fuerte y energizante.
Me gustan sus abrazos porque son espontáneos, porque son verdaderos, porque están llenos de buenas vibraciones, porque me he hecho adicta a ellos desde el día que le conocí, y porque no piden nada a cambio, y me permiten ser yo misma, descansar en ellos, cargarme de su energía y de su cariño.
Gracias Toño, por haber hecho un hueco para mí en tu apretada agenda de ayer, por el café, por tus sonrisas, por tus palabras siempre llenas de ánimo, por ser tan maravilloso amigo, por todo el cariño que de ti recibo y por tan hermosos abrazos.
Y ahora que estoy cargadita de abrazos, os lleno a vosotros con ellos...
Torobello, los más grandes son para tí, para consentirte un poco más, sólo porque si.
Toño, un abrazo de los nuestros en la distancia, esperando que hayas tenido un buen vuelo y un mejor regreso a Granada. Te quiero mucho amigo. Gracias de nuevo.



Abrazos enormes
Besos, mimos y caricias