15 octubre 2007

FLORES DE ¿DESPEDIDA?

Este fin de semana laaaargo, comenzó con la llegada de mi amigo el que me "saca a pasear", con un enorme ramo de flores que fué a buscar con otro amigo nuestro. Es tan grande el ramo que me alcanzó para llenar cuatro floreros, y tengo mi casa "vestida" de bellos colores y un aroma delicioso.
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En un primer momento pensé que las flores eran porque en la semana, uno de los días que salimos en grupo, un chico me sacó a bailar merengue y estuvimos hablando mucho rato juntos (él no sabía que nos habíamos conocido hace dos años), estaba tan desconcertado que se le olvidó por un buen rato que estaba ligando con una amiga mía y no me sacaba el ojo de encima. Luego se acercaron otros amigos y estuvimos hablando sobre anotarnos todos en el próximo curso de baile tropical que se hiciera, pues siempre faltan hombres y me he cansado de ir sin pareja. Lo cómico es que 3 chicos dijeron que irían conmigo (yo los llevaré a los 3, que siempre habrá con quien emparejarlos, jeje). Ese mismo día, mi amiga del bar decidió que el viernes haríamos una cena de sólo chicas, yo dudaba en ir, pero cuando mi amigo "elquemesacaapasear" me vino con las flores, se cercioró "muy mucho" de que iría a la cena y disfrutaría del momento.

Así lo hice, la noche del viernes 12 nos reunimos 12 chicas y lo pasamos de vicio (toda una revolución). Al salir de la cena, y bastante entonaditas, nos fuimos a bailar, y yo tuve que prometer que no llamaría a ningún chico. Como queráis, contesté. De hecho le dí mi móvil a otra amiga para que me creyeran. Aun así, en menos de 10 minutos, ya estaban los chicos del grupo, mi amigo incluído, haciendo de escoltas para que nadie más se nos acercara. Al final supe que la misma chica que me dijo que no llamase a nadie había avisado donde y a que hora íbamos a estar después de la cena, así que no sé a que vino que me dijera que no los llamase (allá ella). Bailamos, nos reimos un montón, seguimos la fiesta y cambiamos de local.

Como siempre, más gente conocida, bailé casi todo el tiempo, posiblemente fuí la que más disfruté, porque también fuí la que más se moderó con el alcohol. A las 4 de la mañana dos chicas del grupo no podían más y las llevé a su casa (esta vez avisé para que no se preocuparan, jeje), a otras dos las vinieron a buscar sus maridos, y poco a poco se fueron todas. Yo me quedé hablando con unos compañeros abogados, que no querían que hablara con otro compañero abogado que también estaba allí, porque me decían que era un falso, en fin... gajes del oficio. Yo me hablo con todo el mundo, y no voy a hacer excepciones. Les presenté a mi amigo, que siempre se queda conmigo hasta que me marcho (aunque él esté ligando o su ligue se haya marchado), y luego de un rato decidí marchar. Mi amigo me acompañó a casa y me preguntó si podía subir. Estuvimos hablando sobre la cena, sobre la gente, sobre los sitios a los que fue mientras nosotras estábamos cenando, lo bien que se lo pasa viéndome saludar a tanta gente, en fin, cuando nos dimos cuenta eran las 7 de la mañana y el café nos había despejado del todo. Me pidió que lo acompañara a su casa para darme el cargador de un desatornillador que le presté, fuimos, me dió el cargador y cuando salíamos de su casa le dijo a su casa "volveré pronto".... me reí y le dije "te estás despidiendo de tu casa?" y me dijo, si, es algo de lo que te quiero hablar, la risa se me pasó de golpe.

Y así nos pasamos el resto de la mañana, hablándome de que se iba, que "debía", "tenía", "estaba obligado", a irse a vivir a más de 80 kilómetros de aquí. A cada "por qué" mío, un "debo irme". Bueno, pero nos veremos de vez en cuando igual, algún fin de semana, en cualquier momento, además podemos llamarnos, hablar. Y él contestaba que no será lo mismo. Le dije que se quedara, que cualquier problema podíamos solucionarlo juntos, pero dice que no.

Lo tenía todo pensado y planificado sin que yo lo supiera. Hoy lunes en la mañana llega el camión de mudanzas y me entristece que se vaya. Aunque si es su decisión y dice que es lo mejor para él, no puedo decir nada más, que lo echaré mucho de menos, echaré de menos nuestras discusiones, las peleas, las risas, las emociones, las confidencias, sus celos, su pesadez para que me relacione con la gente y salga más, y especialmente el saber que siempre está. Lo último que me dijo fue: ahora estás en el mundo, no te vuelvas a encerrar. Y tuve que irme para que no me viese llorar. Espero que sea feliz y que si no lo es, en un arrebato loco olvide su decisión y vuelva.

Ahora ya sé el motivo de las flores.




Estoy un poco triste, pero bien, aun sonrío.
Sé que de alguna manera se mantendrá la amistad.
No hay distancias y este rincón es el mejor ejemplo.
Besos, mimos y caricias.