16 octubre 2006

Te quiero...




Te quiero, sin saber como ni porque
Te quiero y no sé si eso es lo que quiero
Te quiero como nunca quererte pensé
Te quiero… y te quiero… y te quiero…

La última vez que le ví… esa última vez fue la última… la última que nos volveríamos a ver, la última en la que mirándole a los ojos le diría te quiero desde lo más profundo de mi corazón, de mis emociones, con el más sincero de los sentimientos… esa última vez no corrí, no huí, sabía, sentía, presentía, que era la última vez.

La última vez que le ví ya no era él, quizás por eso sabía que era la última vez…

No hubo lágrimas, no hubo besos, no hubo abrazos ni caricias, sólo hubo el momento, la presencia, horas hablando, la oportunidad de agradecerle que apareció en mi vida, que la llenó de sentido, que me hizo volver a ver el amor en los ojos de mi otro yo, él fue mi otro yo, lo fue pero ese día ya no lo era. Ese dia solo nos unió el momento. Y le dí las gracias como nunca antes había agradecido una presencia, salieron las palabras correctas y perfectas, como si estuvieran ensayadas.

Ese día olvidé el vértigo y caminé sobre las piedras del rompiente a su lado, nos sentamos al borde de una roca, a contemplar el mar en su inmensidad, a sentir la libertad, a respirar, solo respirar, libertad y seguridad. Sólo nos acompañaba el aire, la inmensidad, el sonido del mar, el Sol iluminando nuestros pensamientos, el olor a mar, el mar, siempre el mar… y a su lado yo.... y a mi lado él… por última vez.

Ese mismo día terminó una etapa con él. Y sin saberlo, ese mismo día, comenzó una etapa nueva gracias a él.

Ha sido duro y difícil llegar hasta aquí. Muy duro y muy difícil. Porque he atravesado momentos muy dolorosos, en los que además de perder con aquella despedida a mi otro yo, perdí también al amigo. Y sin embargo al perder al amigo, gané más amigos y amigas que hoy están aquí conmigo. Hoy el amigo vuelve a estar, hace tiempo que vuelve a estar, quizás, a pesar de todo, nunca se ha ido. Y sigo queriéndole sin querer quererle como le quiero.

Hoy vuelvo a darte las gracias, amigo, por enseñarme este “mundo aparte” que tanto bien me hace.

Y te quiero, en el encuentro y el desencuentro, te quiero con todo, con lo bueno y con lo malo, con lo mejor de ti y con lo peor. Y como siempre, una vez más, deseo que todo lo mejor siempre llegue y habite en ti.


Simplemente gracias por estar hoy aquí

"Besos, mimos y caricias"