31 octubre 2007

Pensamientos para compartir...

"Los progresos más grandes provienen de quedarse quieto"
La paradoja del progreso es que crecemos cada vez que nos damos cuenta de que solamente podemos estar donde estamos. Puedo crecer en felicidad, integridad, generosidad y en fuerza interior cuando estoy mentalmente más tranquilo, más pacífico y, por encima de todo, más presente.


Del Libro "Palabras para cada amanecer" de Hugh Prather.


Besos, mimos y caricias

27 octubre 2007

MI PRIMERA SALIDA "SOLA"


Para quienes están acostumbradas y acostumbrados a salir solos, sin necesidad de quedar con nadie, esta experiencia les parecerá poco menos que absurda. Pero quienes me conocen saben que es otro pequeño paso en mi camino hacia mi libertad interior.
En Caracas nunca tuve problemas para salir sola de noche, porque era mi costumbre, porque sabía que luego se uniría mi hermana, y porque los sitios a los que iba ya eran tan frecuentes para mí, que terminaba conociendo a todo el mundo, por muy grande que fuera el local. De hecho en un momento dado me hice socia de Paladium con mi hermana, así que era el sitio que más frecuentábamos, sólas o juntas.
Cuando llegué a Galicia, una mujer que saliera sola, era tabú, y se le tachaba de libertina o mala mujer. Recuerdo que iba a dos bares/cafeterías, tanto en la tarde como en la noche, en los que me sentía bien e integrada, porque los dueños me tomaron estima y me iban presentando gente adorable. Así que sólo bajaba de mi piso y primero iba a la más lejana, donde tomaba algo y conocía más gente, y cuando ya avanzaba la noche, me iba hasta la que estaba debajo de mi edificio, donde aprendí a jugar billar y conocí más gente que había venido de Venezuela. Un año después me mudé y todo cambió. En el nuevo sitio todo era prohibido, tabú, peor visto, lo que además iba a repercutir en contra de mi despacho, así que empecé a dejar de salir sola, y comencé a salir con una pareja que era amiga del que ya era mi novio y futuro marido, y que hoy es mi ex. Cuando me casé me encerré aun más. Y cuando me separé ni que contar.
Me autoenclaustré sin motivo ni sentido, y de repente me ví saliendo sólo cuando había una reunión de amigos, o me llamaban para salir. Hasta que comenzó mi depresión y empecé a huir también de esas salidas, de atender el teléfono o de atender el intercomunicador fuera de horas de despacho. Mis amigas comenzaron a cansarse de que yo nunca estuviera, y así conseguí librarme de salir durante tanto tiempo. Antes de ello, luego de la separación, tuve tres relaciones amorosas, uno de ellos casi recien separada, con quien salí durante 3 meses, íbamos a cenar fuera y a bailar y lo pasábamos genial, pero siempre fuera de mi localidad. El segundo fue a los 6 meses de haber terminado con el primero, era de Coruña, y normalmente era yo la que iba allí, y me fui integrando poco a poco a su mundo y sus amigos, que son estupendos, pero también terminó porque ambos buscábamos fines distintos en la relación, como con el primero, yo no estaba preparada para pensar en casarme o en llevar un proyecto de vida juntos. El tercero fue distinto, también salíamos fuera de mi localidad, y me integré también muy bien con sus amigos, más que adorables, no me pedía más que una presencia, y los planes de futuro serían planes en el futuro, lo que me hacía sentir libre y muy bien en su compañía, disfrutando sólo lo que surgía en el día a día. Pero también terminó, por razones ajenas a nosotros, y por mi absurdo miedo a todo lo que yo no podía controlar, y todos sabemos que el amor, cuando se siente de verdad, no se puede controlar. Luego comenzó mi depresión y hasta que apareció mi amigo que me "sacaba a pasear" no volví a salir con nadie.
Pero ayer ni lo pensé, me vestí, me maquillé, me perfumé y sin más decidí salir. Alex me preguntó ¿Con quien sales? Y le contesté para mi propio asombro, porque creo que hasta ese momento ni me había dado cuenta de lo que estaba haciendo: "conmigo misma". Se rió y me dijo, no llegues tarde mami, no te preocupes, voy donde Pili y regreso pronto. Y así enfilé toda dispuesta al bar de mi amiga.
Una sonrisa de oreja a oreja de mi amiga, desde detrás de la barra. ¡Que milagro tu solita! Si, es la primera vez, me dijo "así me gusta"! -Allá está "M" solito, vé si quieres a hablar con él y luego voy yo- ¿Donde? le pregunté, pero ya venía él hacia mí. Estuve hablando con "M" un buen rato, llegó también un compañero de unas clases de baile a las que fui hace años y estuvimos hablando de que también se unian a venir a clases conmigo cuando las hubiera. Luego llegaron dos amigas más con sus maridos. Un amigo que es cura y con el que me peleo todo el tiempo, jejeje, esta vez estaba en son de paz, y un amigo abogado llegaron y se unieron al grupo. Pili a lo lejos "Anita, ¿trajiste las cartas del tarot?", Pues no, se me olvidaron en el otro bolso (con ellas jugamos a interpretarlas y nos echamos siempre unas risas), traelas la siguiente vez si te acuerdas, me dijo ella. De acuerdo! le dije. Una llamada de teléfono ¿donde estás? (era mi amigo que me "saca a pasear") estoy en el bar de pili - ¿Sóla? - Si, con Pili, hablando - ¿Como te fuiste sola sin mi? - Porque me apeteció, si no me crees llama a Pili. Y me colgó, no sin antes sentenciar "no vuelvas a salir sin mi!". Me hizo reir. Para mí era un logro salir sola. Lo pasé realmente bien. Llegué a las 11 y a la 1 comencé a despedirme. Pili comenzó con su "no te vayas todavía", te invito a otra cerveza sin alcohol (que es lo que tomo, porque tiene una que es riquísima, negra, y que se parece mucho a la malta). "M" también se iba, y no lo dejó ir tampoco. Al final se hicieron las dos de la mañana y me despedí de todos. Lo pasé realmente genial. Allí quedaban haciendo planes y haciéndome prometer que si Alex se dormía iria luego a la discoteca. Pero no fui. Para una primera vez, me pareció que fue suficiente y estupendo.
Quizá otro viernes me anime hasta a ir a la discoteca sola. Por ahora con esta experiencia me sentí muy bien.
Disfruté lo que iba surgiendo y del momento. La gente que se iba añadiendo al grupo, el no sentirme sola, y especialmente que me felicitaran por haber ido sola, y que me animaran a seguir saliendo.
Me ha gustado.
Veo como los prejuicios que tenía y de los que me habia autoalimentado tantos años, desaparecen de repente, sólo por dar un pequeño paso. Y que todo está muy bien.
Si me abro yo al mundo, el mundo me abre sus brazos y me acepta como soy.
¿Hay algo mejor?... Sigo estando consentida por Dios.
Feliz fin de semana
Besos, mimos y caricias

24 octubre 2007

ABRAZO ENERGIZANTE!



No sabía aun cuanto, en realidad, necesitaba de su abrazo hasta que le ví caminar hacia mí desde lo alto de la calle. Guapísimo, más que nunca, lleno de energía, aunque el trajín de estos días que se suponían de vacaciones, y todo lo que aun le quedaba por hacer antes de marcharse de nuevo, acusaban un ligero cansancio.
Cuando supe que venía a Galicia me emocioné muchísimo, desde el mes de julio no le veía y no quería dejar pasar esta oportunidad. Sin embargo todo parecía jugar en contra de verlo y de poder compartir un café y un abrazo. De hecho incluso llegué a pensar que no podría verlo pues, para la hora que habíamos quedado de vernos ayer, me habían señalado un juicio. La suerte a favor, o Dios que me sigue teniendo consentida, hizo que al llegar al Juzgado me notificaran que se había cambiado la fecha para la semana que viene. Lo llamé de inmediato, y emprendí rumbo a su encuentro.
Sólo compartiríamos poco menos de una hora, pero para mí se ha hecho tan importante, que quizás hasta 15 minutos de su presencia conseguirían el mismo efecto energizante y vitalista.
Cuando llegó hasta mí me dió el abrazo más largo y bonito que se pueda recibir. No importa el lugar, ni lo que haya alrededor, estar rodeada de sus brazos, con el cariño enorme que entrega, me hace rendirme a ese momento. Hay un sitio en su pecho donde mi cara descansa de forma perfecta, y me sumerjo en esa sensación de bienestar que no me abandona nunca más.
Tomamos un café, dos, hablamos un ratito y lo llevé a recoger su coche, donde me dió el segundo abrazo, aun más fuerte y energizante.
Me gustan sus abrazos porque son espontáneos, porque son verdaderos, porque están llenos de buenas vibraciones, porque me he hecho adicta a ellos desde el día que le conocí, y porque no piden nada a cambio, y me permiten ser yo misma, descansar en ellos, cargarme de su energía y de su cariño.
Gracias Toño, por haber hecho un hueco para mí en tu apretada agenda de ayer, por el café, por tus sonrisas, por tus palabras siempre llenas de ánimo, por ser tan maravilloso amigo, por todo el cariño que de ti recibo y por tan hermosos abrazos.
Y ahora que estoy cargadita de abrazos, os lleno a vosotros con ellos...
Torobello, los más grandes son para tí, para consentirte un poco más, sólo porque si.
Toño, un abrazo de los nuestros en la distancia, esperando que hayas tenido un buen vuelo y un mejor regreso a Granada. Te quiero mucho amigo. Gracias de nuevo.



Abrazos enormes
Besos, mimos y caricias

21 octubre 2007

EL FIN O EL COMIENZO......¿?


"El miedo, ese dragón oculto que todos llevamos dentro"

El lunes pasado (15 de octubre), por la mañana, fuí a la cita que tenía con una especialista, por un problema de salud que llevaba evadiendo más de 4 años, por miedo. Sí, había dejado transcurrir todo ese tiempo porque tenía miedo de enfrentarme a una operación quirúrgica que era lo menos grave que iba a sucederme. Allí estaba, a las 12:20 en punto, temblando como un flan, sola entre multitud de gente, esperando a ser llamada para entrar y recibir la fatal pero esperada noticia. Entré, seguida de la sonrisa de la enfermera y de la doctora (mal rollo, me dije, esto es para suavizar, mejor me calmo y escucho bien). Tras cerrar la puerta, sentarme y respirar hondo esperando me dijera todo lo que durante años estuvo rondándome en la cabeza y que la operación era inevitable, me dijo: Todo está bien niña, los resultados son como los de una niña de 20, estás perfecta, los dolores y el malestar, las irregularidades y todo lo demás, lo vamos a regular con un tratamiento hormonal, pero de operación nada que ver, estás como una rosa. Le pedí que me lo repitiera y nuevamente me lo dijo: "estás perfectamente bien en todo".
Dios, más de cuatro años pensando que tenía algo grave por culpa de un mal diagnóstico médico, y resulta que no tengo nada de nada, y que mis miedos eran todos infundados. Decidí no regañarme más por haber pasado tanto tiempo en ese trance y aprovechar para soltar esa carga de una vez por todas. Cuando se lo diga a mi médico de cabecera va a estar feliz por el paso que dí al enfrentarme a ese miedo, con todas sus consecuencias.
Me doy cuenta que, aunque sea poco a poco, voy dando pasos de gigante para ser responsable de mi misma cada día más, y para asumir retos que en otro momento evitaba con cualquier excusa.
Estaba feliz con el resultado y más aun con el tratamiento no agresivo que debo llevar y que se complementa perfectamente con el que llevo de la depresión (y que aun no rebajo, mientras el médico así lo decida).
Llamé inmediatamente a mi amigo "que me saca a pasear" para darle la buena noticia. Sabía que iba a interrumpir su momento de mudanza, pero la noticia valía la pena, porque él también estuvo preocupado con mi preocupación.
Me atendió somnoliento. ¿Estás bien? le pregunté. -No- me contestó. ¿Ya hiciste la mudanza? le pregunté -No, no soy capaz-. El odia demasiadas preguntas juntas, así que le conté lo del médico y seguí: ¿Comiste?, volvió a contestar con un "no" desganado. Voy ya para tu casa, sentencié.
En cuanto pude verle la cara, mucho después de abrirme la puerta, ví en sus ojos todo lo que le pasaba. ¿Qué te tomaste? -Nada- fuí a su habitación y allí encontré un montón de blisters vacíos de pastillas ansiolíticas, de las más fuertes (él trabaja en sanidad y tiene acceso a lo que quiera). Se caía por los pasillos, yo lo levantaba y le decía que tenía que decirme que había tomado. ¿Para qué? me repetía. Le dí el recipiente que le llevé con comida y le dije "come", con una firmeza y autoridad que ni siquiera yo sabía que tenía. Comió todo mientras yo ponía un poco de orden en su casa, tiraba los blisters (ya sabía lo que era) y bajaba la basura. Cuando subí lo encontré frente al plato vacío, durmiendo. Lo desperté y le planté una botella de agua grande, le dije bebe, tomo un sorbo, y le dije, no! toda!. No lo dejé dormir hasta que no acabara la botella. Lo sujeté y lo puse a caminar. A las dos horas estaba mejor. No hablaba bien, no coordinaba, y me acordé cuando me hicieron daño las pastillas que me habían recetado al principio de la depresión, y ver su cara era un poema, estaba azulado. Pero ya estaba mejor. Le dije que no podía quedarse solo, que tenía que venirse a mi casa, o a casa de su familia, así que accedió a venir a mi casa. Alex y yo le preparamos una habitación y le ayudamos a ponerse cómodo. Le hice una cena ligera y lo dejé dormir. Al día siguiente llamé a su médico, que apenas me hizo caso, le conté lo de las pastillas y me dijo que si lo notaba nervioso lo llevase al hospital para que le pusieran una inyección que cortaría todo el efecto, le dije que no estaba nervioso, que estaba dopado, dormido, que no daba caminado y que además estaba muy triste. Me dijo, entonces no hagas nada, déjalo dormir, es depresión (vaya por Dios, me voy a poner a ejercer la medicina, éste hombre me descubrió América). Claro que es depresión, le dije, quiero que me digas si lo puedes atender o no, y que tengo que comprarle o darle. Nada, me dijo, déjalo dormir y aléjalo de las pastillas. Alejarlo de las pastillas, jeje, si ni siquiera podía dar un paso fuera de la cama. Llamé a su madre, para que no se enterara de lo que estaba pasando por el médico, le dije que estaba mejor, pero que se siente solo, que estaba en mi casa y que no se preocupara, pero que quería que lo supiera por mí y no por otras personas. Me lo agradeció y llamó a una de sus primas. Vino inmediatamente para llevárselo y para quitarme a mi la carga, pero le dije que no era necesario, que lo importante era que él se sintiera acompañado y arropado, y que no le riñeran. Ese día vinieron mis amigas a visitarlo y estuvimos echando broma para animarlo, ya estaba un poco mejor y no lo dejábamos hablar de lo que había pasado, no era el momento. Durmió bien toda la noche y por la mañana vino su prima con su madre para verlo. Fue un momento bonito. Yo no sabía que había roces entre ellos, y ese fue un momento de reconciliación para todos.
Recogió algo de ropa y se fue a casa de su prima, donde estaría con la familia de ella, y con su madre cuidándolo. Durmió allí y se recuperó bastante en esas horas. Pero al día siguiente les dijo que se quería venir a mi casa. Me llamaron y me preguntaron si podía, les dije que si. Volvió y se quedó a dormir en su habitación, volvieron a visitarlo mis amigas y se veía mucho mejor, por lo menos ya no se tambaleaba tanto. Al día siguiente me dijo que quería ir solo a su casa, que tenía muchas cosas que hacer, que se iba a podrir la comida, que había que ventilarlo y regar las plantas, en fin, miles de excusas para volver a estar solo. Le dije, sí? genial. Y lo llevé a casa de su prima. Le comenté que ya estaba como siempre, comenzando a "mandar" y desobedecer, y que no quería dejarlo sólo en su casa, pero que así no podía estar conmigo. Así que luego de hablar con él, su madre recogió sus cosas y se vino a su casa para atenderlo allí. Ahora están allí los dos, lo llamo de vez en cuando (unas 4 o 5 veces al día) para saber como sigue y por si necesitan algo. Se le nota más contento, los mimos y cuidados de su madre han sido el mejor remedio. Y ya no se le traba la lengua para hablar, ni piensa en las razones por las que tomó tantas pastillas.
El no lo sabe, pero ahora comenzará un nuevo camino. Tendrá que ponerse en las manos de un médico más cualificado que el que ahora tiene, seguir un tratamiento y comenzar a vivir el presente.
Contándole todo a una amiga por teléfono me dijo, ¿qué? ¿donde está ahora tu depresión? y le dije, ¡no está!. Pues ese es el mejor aprendizaje. Y tiene razón.
Para mis chicas noveleras, que pensaban que esto terminaría en un idílico romance, lo siento... ;) La realidad es menos romántica, pero es la única verdadera. Como dice Alex (mi hijo) ahora tenemos más amigas y amigos (la familia de mi amigo). Y yo he conseguido mi equilibrio, he tomado decisiones, he enfrentado algo para lo que pensé que no estaba preparada, he conseguido no caerme, y me he sentido bien conmigo misma por todo lo que conseguí en mi interior, lo que descubrí que soy capaz de hacer, y todo lo que ello me ha hecho crecer.
Dentro de poco mi amigo "que me saca a pasear" se irá, y me convertiré en su amiga "que lo saca a pasear", pues 80 kilómetros (ó 10.000Km si fuera el caso), como ya sabemos, nunca es distancia para una verdadera amistad.


Tengo problemas con el ordenador,
y por ello no he podido visitarlos como siempre.
Espero solucionarlo en esta semana.
Os dejo millones de besos, mimos y caricias

15 octubre 2007

FLORES DE ¿DESPEDIDA?

Este fin de semana laaaargo, comenzó con la llegada de mi amigo el que me "saca a pasear", con un enorme ramo de flores que fué a buscar con otro amigo nuestro. Es tan grande el ramo que me alcanzó para llenar cuatro floreros, y tengo mi casa "vestida" de bellos colores y un aroma delicioso.
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En un primer momento pensé que las flores eran porque en la semana, uno de los días que salimos en grupo, un chico me sacó a bailar merengue y estuvimos hablando mucho rato juntos (él no sabía que nos habíamos conocido hace dos años), estaba tan desconcertado que se le olvidó por un buen rato que estaba ligando con una amiga mía y no me sacaba el ojo de encima. Luego se acercaron otros amigos y estuvimos hablando sobre anotarnos todos en el próximo curso de baile tropical que se hiciera, pues siempre faltan hombres y me he cansado de ir sin pareja. Lo cómico es que 3 chicos dijeron que irían conmigo (yo los llevaré a los 3, que siempre habrá con quien emparejarlos, jeje). Ese mismo día, mi amiga del bar decidió que el viernes haríamos una cena de sólo chicas, yo dudaba en ir, pero cuando mi amigo "elquemesacaapasear" me vino con las flores, se cercioró "muy mucho" de que iría a la cena y disfrutaría del momento.

Así lo hice, la noche del viernes 12 nos reunimos 12 chicas y lo pasamos de vicio (toda una revolución). Al salir de la cena, y bastante entonaditas, nos fuimos a bailar, y yo tuve que prometer que no llamaría a ningún chico. Como queráis, contesté. De hecho le dí mi móvil a otra amiga para que me creyeran. Aun así, en menos de 10 minutos, ya estaban los chicos del grupo, mi amigo incluído, haciendo de escoltas para que nadie más se nos acercara. Al final supe que la misma chica que me dijo que no llamase a nadie había avisado donde y a que hora íbamos a estar después de la cena, así que no sé a que vino que me dijera que no los llamase (allá ella). Bailamos, nos reimos un montón, seguimos la fiesta y cambiamos de local.

Como siempre, más gente conocida, bailé casi todo el tiempo, posiblemente fuí la que más disfruté, porque también fuí la que más se moderó con el alcohol. A las 4 de la mañana dos chicas del grupo no podían más y las llevé a su casa (esta vez avisé para que no se preocuparan, jeje), a otras dos las vinieron a buscar sus maridos, y poco a poco se fueron todas. Yo me quedé hablando con unos compañeros abogados, que no querían que hablara con otro compañero abogado que también estaba allí, porque me decían que era un falso, en fin... gajes del oficio. Yo me hablo con todo el mundo, y no voy a hacer excepciones. Les presenté a mi amigo, que siempre se queda conmigo hasta que me marcho (aunque él esté ligando o su ligue se haya marchado), y luego de un rato decidí marchar. Mi amigo me acompañó a casa y me preguntó si podía subir. Estuvimos hablando sobre la cena, sobre la gente, sobre los sitios a los que fue mientras nosotras estábamos cenando, lo bien que se lo pasa viéndome saludar a tanta gente, en fin, cuando nos dimos cuenta eran las 7 de la mañana y el café nos había despejado del todo. Me pidió que lo acompañara a su casa para darme el cargador de un desatornillador que le presté, fuimos, me dió el cargador y cuando salíamos de su casa le dijo a su casa "volveré pronto".... me reí y le dije "te estás despidiendo de tu casa?" y me dijo, si, es algo de lo que te quiero hablar, la risa se me pasó de golpe.

Y así nos pasamos el resto de la mañana, hablándome de que se iba, que "debía", "tenía", "estaba obligado", a irse a vivir a más de 80 kilómetros de aquí. A cada "por qué" mío, un "debo irme". Bueno, pero nos veremos de vez en cuando igual, algún fin de semana, en cualquier momento, además podemos llamarnos, hablar. Y él contestaba que no será lo mismo. Le dije que se quedara, que cualquier problema podíamos solucionarlo juntos, pero dice que no.

Lo tenía todo pensado y planificado sin que yo lo supiera. Hoy lunes en la mañana llega el camión de mudanzas y me entristece que se vaya. Aunque si es su decisión y dice que es lo mejor para él, no puedo decir nada más, que lo echaré mucho de menos, echaré de menos nuestras discusiones, las peleas, las risas, las emociones, las confidencias, sus celos, su pesadez para que me relacione con la gente y salga más, y especialmente el saber que siempre está. Lo último que me dijo fue: ahora estás en el mundo, no te vuelvas a encerrar. Y tuve que irme para que no me viese llorar. Espero que sea feliz y que si no lo es, en un arrebato loco olvide su decisión y vuelva.

Ahora ya sé el motivo de las flores.




Estoy un poco triste, pero bien, aun sonrío.
Sé que de alguna manera se mantendrá la amistad.
No hay distancias y este rincón es el mejor ejemplo.
Besos, mimos y caricias.

05 octubre 2007

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN....¿?








Tengo un amigo que se ha dedicado desde hace 6 meses a "sacarme a pasear". Al principio decía que era para que le presentara gente. Ahora conoce toda la gente que yo conocía y más, mucha más, y sigue "sacándome a pasear".




El fin de semana pasado salimos las 3 noches. Comenzamos comiendo el viernes en un restaurante con Alex, luego vino superpapá a buscarle para pasar el fin de semana con él, y nosotros dos nos fuimos de tiendas (me encanta ir de tiendas con él porque es todo paciencia y no le importa si compro o estoy sólo viendo). Al final del día terminamos tomando unas cañas en un restaurante al aire libre, me llamó una amiga y se sumó a las cañas. Risa tras risa. Cuando salimos de allí eran las 12 de la noche. Fuimos al bar de una amiga y de allí salimos a las 3 de la mañana, luego de que yo hubiese hablado con todo el mundo, que hubiera invitado a estar con nosotros a otra amiga, y de haber disfrutado de gente a la que hacía tiempo no veía. De allí, a la única discoteca abierta a esas horas... increíble, más gente que hacía tiempo que no veía ni hablaba con ella, bailé con todo el mundo, conversé, disfruté del ambiente, y salí un momento para llevar a una amiga a su casa, porque ella estaba triste, llovía y hacía frio. Realmente nunca me doy cuenta de que mi amigo siempre queda solo ante mi torbellino de saludos y mis letanías de conversaciones, aunque normalmente lo integro (cuando me acuerdo). Casi que tenía la discoteca patas arriba buscándome, hasta un chico que no sabía que estaba se enteró por el alboroto de que yo estaba allí y había desaparecido (fué el único sensato en llamarme al móvil, y le dije que iba enseguida, así que fue el encargado de calmar a la tropa). 10 minutos después de haber salido y unos cuantos suspiros de alivio, le confirmaron a mi amigo que no me habían secuestrado, jeje.




El sábado me prometí a mi misma que no saldría, me había acostado a las 7 de la mañana y necesitaba dormir. Me habían invitado a una fiesta, pero no tenía ni ánimos, ni ganas, y eso fue lo que le dije a la amiga que me invitó "me he quedado dormida, espero disfrutes la fiesta, te hablo mañana". Pero me quedé sorprendida, de mi misma, cuando terminé accediendo a salir de nuevo con mi amigo. "Es que sin tí no es lo mismo", "es que siento que me falta algo si no estás", "es que te necesito"... me morí de la risa y le dije, venga, deja ya la pesadez y ven a buscarme en 10 minutos... a los 5 minutos estaba tocando al timbre. Bajé y de allí directos al bar de mi amiga (la verdad es que allí siempre estoy muy cómoda, como si estuviese en casa). Jugamos una partida de dardos, a la que gané (suerte de principiante) y más saludos y amigos. Le pregunté porque me "sacaba a pasear" si al final siempre lo dejo solo, y me dijo que le encantaba verme así, que perdió su nombre hace mucho tiempo porque la gente lo saluda y le dice "y Ana?". Y que en todo caso me "usa" él a mi. Le pregunté si estaba bien, porque no es normal que alguien diga eso cuando en realidad es a mí a la que le hace el favor, porque por lo menos consigue sacarme de casa y que me relacione con la gente, además del dinero que se gasta en mí y en invitar a mis amigas (aunque mis amigos también nos invitan). Y me dijo que "las apariencias engañan". Que al principio no, pero que desde hace unos meses le encanta que le pare por la calle gente que no conoce y lo saluden diciéndole "Hola, ¿cómo estás? Y Ana?"... En fin, que para mí es difícil entender ésto. En medio de la conversación y cambio de pareceres estábamos cuando se acercó un chico, parecía mayor, pero luego nos enterábamos que tenía poco más de 30 años. Fue directo a ligar conmigo. Yo alucinaba con el descaro!!!... Intenté seguir la gracia (me parecía una broma, además de que ando desacostumbrada de esas lides)... pero hubo un momento que se puso pesado y decidí marcharme. El chico preguntaba por que te vas? y mi amigo muy pacientemente se puso a decirle que se había pasado, de una manera tan sutil que el otro no se enteraba (o no se quería enterar). Al final me hizo caso y me trajo a casa, pidiéndome disculpas por el incidente, pues si él hubiera dicho que éramos novios el otro se habría marchado, cosa que me dejó aun más perpleja (tengo que tener novio para que los pesados no se acerquen o entiendan un "no, gracias"?).




El domingo fuí a casa de Terre, pasamos un día estupendo, entre amigas, magia y encuentros que no son tan casuales. Salí de allí a las 8 para poder recoger a Alex cuando éste llegara a casa.




Cuando llegué a mi casa mi amigo estaba allí, esperando por mí. Me asusté porque nunca lo había visto tantos días seguidos. Me dijo que estaba bien, esperándome para ir a cenar, le dije que había que esperar por Alex y que además era posible que viniera una amiga a visitarme. Pues nada, con amiga y con Alex, pero que fuésemos a cenar. Alex llegó y mi amiga dijo que no podía venir, que vendría otro día (era domingo y tenía que madrugar el lunes). Fuimos a un restaurante que queda cerca de mi casa y me encontré con dos amigos. Abrazos, besos, que alegría verte!... y toda la conversación que surge, la familia, los amigos, el trabajo... que guapa estás? -gracias- así que tienes novio? -no, solo es un amigo- cuando quedamos? -en cualquier momento, llámame y hablamos- sabes que? -que?- te quiero mucho anita -graciasss, yo a ti también, besitos- Te lo digo en serio! -lo sé, gracias!- (que situación!!)... otro amigo... lo mismo, con el tequieromucho incluído.... de repente unas flores preciosas frente a mi vista... Alex y mi amigo con cara de tontos en la mesa, intentando disimular los celos los dos... uno de los del tequieromucho invitando una copa al señor que me había traido las flores, el otro amigo intentando pagarle él, a nosotros ya nos había invitado, Alex y mi amigo mudos, y yo sin poder ni articular palabra, solo atinaba a decir gracias, gracias, gracias... Alex, que hasta ese momento se estaba peleando con mi amigo para que me sacara "esos hombres" de encima y ayudarlo a recuperar a su madre, sucumbió y se unió a las gracias que yo daba, con lo que se ganó un "este niño es adorable" y el beso de una de las camareras.




Mi amigo es lo más seco de este mundo en cuanto a elogios o a comentarios bonitos, y ese día me dijo que le había dolido que me riera de él cuando me dijo la noche anterior que me necesitaba... por Dios!!!... que no cunda el pánico, le dije, ésto es producto de la Luna!!! Mañana volverás a ser feliz sabiendo que sólo somos amigos (eso es lo que realmente deseo, ser sólo su amiga), y que esas muestras de cariño que recibí esos días, especialmente el domingo, también eran producto de la Luna (y que es una pena que no sea siempre, jeje). No quedó muy convencido, pero por lo menos sonrió.




Y desde aquel momento tengo el bonito subido, la autoestima regenerada, la sonrisa más puesta, y las gracias en todo momento porque es hermoso estar rodeada de gente que tiene tan bellos sentimientos y que me emocionan con sólo una palabra.




Me gusta saber que, finalmente, ser como soy, es aceptado.




Me gusta y mucho.




¿Las apariencias engañan? ¿Quien usa a quien? Al final todos estamos en este mundo para ayudarnos unos a otros, aunque es difícil que ocurra así entre dos, mutuamente. Y mientras dura he decidido disfrutar, sin preocuparme de si lo utilizo o de si me dejo utilizar para salir.
Hoy me pidió que le comprara un medicamento y se lo llevara cuando pudiera, así lo hice y estaba él con un amigo suyo que es médico (que fue quien le recetó el medicamento), media hora después me despedí de ambos, y mi amigo preguntó ¿la Luna? y yo conteste toda llena de razón: la Luna! y me fuí... riendo.






P.D.: Tengo mucho aun que aprender sobre como tratar a los hombres, quizás así pueda aplicar lo mismo cuando aparezca uno que me guste realmente, bueno, mejor dicho, deberé dejar que me cautive, no? :)










Besos, mimos y caricias


Ya noto que estoy mucho mejor!!!
Ves mi sonrisa?














02 octubre 2007

TAL DIA COMO HOY, 2 de octubre...

...Nació mi hermana, cuentan que cuando fuimos a verla yo cantaba "ALUYA, ALUYA, ALUYA" (Aleluya de Cherry Navarro), y cierto es que poco es decir Aleluya frente a una chica como ella... que siempre está con todos...

FELIZ CUMPLEAÑOS MARY!!!




Que Dios te colme de bendiciones
Y que cumplas muchos massssssss

Un trozo de tarta para celebrarlo!!!
Os debo visitas a todos
Por hoy os dejo mis besos, mimos y caricias